El estetoscopio llamado también fonendoscopio, es sin duda el símbolo más representativo de los médicos. Todo buen médico debe conocer no solo su utilidad que sería: "Un aparato usado en medicina y enfermería para oír los sonidos internos del cuerpo humano. Generalmente se usa en la auscultación de los latidos cardíacos o los ruidos respiratorios, aunque algunas veces también se usa para objetivar ruidos intestinales o soplos por flujos anómalos sanguíneos en arterias". Pero también recordar y valorar el origen de su invención, pues podemos verlo colgado casi eternamente en los cuellos de los médicos o, menos frecuentemente, en los bolsillos de sus batas.
Todo se remonta a principios del siglo XIX, cuando tuvo lugar su invención. Antes de esa fecha, la forma de auscultar era bastante tosca pues se utilizaba la mano, apoyada sobre el pecho justo encima del corazón, y para oír los latidos cardíacos se necesitaba apoyar la oreja sobre el pecho. Esto último resultaba bastante grosero para las pacientes y bastante incómodo y vergonzoso para los médicos.
Fue entonces que el médico René Théophile Hyacinthe Laënnec en 1816 se vió obligado a auscultar una parturienta. Mostraba signos evidentes de problemas cardíacos y la auscultación era necesaria. Sin embargo, habían dos grandes problemas: El primero, la paciente era bastante obesa y tenía una capa de grasa de considerable grosor que dificultaba la audición. El segundo, las grandes dimensiones de sus pechos. Fue sobre todo lo último, lo que llevó a Laennec a desistir del intento de apoyar la oreja, por la vergüenza que le provocaba, y así encontró una solución innovadora, como explicó posteriormente, con sus propias palabras:
Todo se remonta a principios del siglo XIX, cuando tuvo lugar su invención. Antes de esa fecha, la forma de auscultar era bastante tosca pues se utilizaba la mano, apoyada sobre el pecho justo encima del corazón, y para oír los latidos cardíacos se necesitaba apoyar la oreja sobre el pecho. Esto último resultaba bastante grosero para las pacientes y bastante incómodo y vergonzoso para los médicos.
Fue entonces que el médico René Théophile Hyacinthe Laënnec en 1816 se vió obligado a auscultar una parturienta. Mostraba signos evidentes de problemas cardíacos y la auscultación era necesaria. Sin embargo, habían dos grandes problemas: El primero, la paciente era bastante obesa y tenía una capa de grasa de considerable grosor que dificultaba la audición. El segundo, las grandes dimensiones de sus pechos. Fue sobre todo lo último, lo que llevó a Laennec a desistir del intento de apoyar la oreja, por la vergüenza que le provocaba, y así encontró una solución innovadora, como explicó posteriormente, con sus propias palabras:
"La auscultación directa (apoyando la oreja) resultaba inadmisible por la edad y sexo de la paciente. Fue entonces cuando recordé un hecho simple y conocido sobre acústica... La facilidad para percibir el arañazo de un alfiler al final de una tabla de madera, apoyando la oreja en el otro extremo. Inmediatamente, tras esta sugerencia, enrollé un papel formando una especie de cilindro y apliqué un extremo sobre la región del corazón y el otro sobre mi oreja, y no fue pequeña la sorpresa y la satisfacción el descubrir que podía percibir la acción del corazón de forma mucho más clara que cualquiera de las otras veces que había apoyado directamente la oreja."
Tras este suceso, Laennec comunicó su descubrimiento y no tardó mucho en fabricar un mejor fonendoscopio que aquél improvisado trozo de papel. Era un sencillo fonendoscopio de madera, pero lograba su principal objetivo: Oír con mucha mejor nitidez los sonidos del corazón y de los pulmones sin vulnerar tanto la intimidad de las pacientes. Resulta llamativo que no bautizó su creación hasta bastantes años después, mientras se refería a su "criatura" con el sencillo apelativo de "El Cilindro". Pero finalmente se decidió por el nombre de Estetoscopio, que en griego significa "Examen del Pecho".
Primer fonendoscopio de la historia (Clic para agrandar)
Tras ese hito inicial, comenzó la evolución progresiva del fonendoscopio, aumentando en complejidad, percepción y amplificación del sonido hasta llegar a la actualidad donde los estetoscopios más modernos se combinan con la electrónica para permitir la grabación y selección de sonidos. Todo gracias a la vergüenza de un médico y sus conocimientos de acústica.
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